En el imaginario colectivo, Inglaterra no evoca inmediatamente imágenes de vino. Sin embargo, sus vinos del suroeste de Inglaterra son sorprendentes. Con sus terruños poco conocidos y sus climas cambiantes, esta región está desarrollando una identidad vitivinícola única. Exploremos los secretos de este territorio subestimado.
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Un clima suave pero exigente
El suroeste de Inglaterra disfruta de un clima oceánico templado. Los inviernos son suaves y los veranos moderadamente calurosos. Este clima permite que las uvas maduren lentamente. Como resultado, los aromas están finamente concentrados. Las precipitaciones siguen siendo frecuentes, lo que obliga a los viticultores a adaptar su cultivo.
Muchos viñedos utilizan variedades de uva resistentes. Bacchus y Seyval Blanc prosperan aquí. Estas variedades toleran la humedad y producen vinos elegantes. Esta adaptación climática confiere al vino británico una auténtica originalidad por descubrir.
Una historia reciente pero prometedora
Los viñedos en Inglaterra existen desde hace mucho tiempo, pero su desarrollo es aún muy reciente. El clima más cálido ha propiciado un mayor crecimiento de la viticultura. Desde la década de 2000, la superficie de viñedo ha aumentado considerablemente. Productores ambiciosos han invertido en Devon, Somerset y Cornualles.
Estas regiones tienen suelos calizos, arcillosos o esquistosos. Cada terruño influye en el estilo del vino. Algunas zonas recuerdan a los suelos de Champaña o el Loira. Esto explica que cada vez haya más burbujas finas y refrescantes blancos secos.
Vinos espumosos aclamados internacionalmente
Los vinos del suroeste inglés más conocidos son los espumosos tranquilos. Elaborados según el método tradicional, rivalizan con los champanes. Bodegas como Camel Valley y Knightor han ganado prestigiosos premios. ¿Su secreto? Variedades de uva clásicas como Chardonnay y Pinot Noir, cultivadas con esmero.
Su acidez natural produce burbujas vivas, frescas y equilibradas. Estos vinos espumosos seducen cada vez a más sumilleres. Algunos ya los consideran imprescindibles en cualquier carta de vinos moderna. Este éxito ha animado a otros productores a embarcarse en la aventura del vino inglés.
Blancos aromáticos y rosados ligeros
Además de burbujas, el suroeste también produce vinos tranquilos. Los blancos a base de Bacchus recuerdan a veces al Sauvignon Blanc. Expresan notas de cítricos, flores blancas y frutas exóticas. Los amantes de la frescura los apreciarán como aperitivo o con pescado.
Los rosados ligeros también ofrecen agradables sorpresas. Su color pálido atrae a los amantes de los vinos de verano. Gracias a una vendimia temprana, conservan una acidez viva y un bajo contenido alcohólico. Estos vinos combinan bien con la cocina costera.
Aumenta el enoturismo
Los viñedos de Inglaterra atraen cada vez a más visitantes. Muchas fincas abren sus puertas a los curiosos. En Devon, Dorset y Cornualles están surgiendo rutas de degustación. Los visitantes pueden descubrir exuberantes paisajes verdes y viñedos enclavados en suaves colinas.
Varias bodegas ofrecen experiencias inmersivas. Paseos por los viñedos, picnics, cenas de maridaje... Hay multitud de iniciativas para promocionar el vino británico. Esta dinámica está ayudando a afianzar la cultura del vino en estas regiones.
Fincas comprometidas con la producción sostenible
Muchos viticultores están adoptando prácticas respetuosas con el medio ambiente. Algunas fincas utilizan la viticultura ecológica o biodinámica. El suelo se trabaja sin productos químicos. El objetivo es preservar el equilibrio natural del viñedo.
Este enfoque sostenible atrae a los clientes que buscan un significado. El vino del suroeste de Inglaterra se está convirtiendo en algo más que un producto: es un compromiso. Esta tendencia forma parte de un movimiento europeo más amplio.
Sólidas iniciativas locales
El suroeste de Inglaterra también apuesta por las raíces locales. Las fincas trabajan con chefs, hosteleros y artesanos. Esta sinergia crea un ecosistema coherente en torno al vino. Potencia la identidad regional al tiempo que estimula la economía local.
Algunos festivales celebran los vinos del suroeste de Inglaterra a través de actos culturales. Conciertos, mercados gastronómicos, visitas guiadas... Estos actos refuerzan el vínculo entre la población local y su patrimonio vinícola. De este modo, el vino se convierte en un vehículo de interacción social y orgullo regional.
Botellas para descubrir sin demora
La calidad de los vinos británicos sigue mejorando. Su estilo es cada vez más claro y su expresión más refinada. Para los amantes del vino curiosos, es hora de explorar estas botellas atípicas. Empiece con un espumoso de Devon, un blanco de Bacchus o un rosado de Cornualles.
Los precios siguen siendo asequibles, por lo que se trata de una introducción accesible. También puede envejecer algunas botellas para comprobar su potencial. El mercado evoluciona con rapidez, así que lo mejor es construir su bodega inglesa lo antes posible.
Reconocimiento en ciernes
Aunque su reputación sigue siendo limitada en Francia, los viñedos ingleses progresan. Los profesionales del vino se interesan cada vez más por ellos. Importadores, comerciantes de vino y sumilleres les prestan cada vez más atención. Este reconocimiento incluye también cursos de formación y masterclass dedicados.
Con más concursos internacionales ganados cada año, estos vinos se están haciendo un hueco poco a poco. Su estilo fresco, directo y preciso atrae a una clientela más joven. El reto ahora es garantizar su consistencia añada tras añada.
El futuro parece prometedor
El clima cambia, las técnicas mejoran y la demanda crece. Todas las señales son verdes para los vinos del suroeste de Inglaterra. Si la región conserva su identidad y se mantiene fiel a sus valores, se convertirá en un actor clave.
Para los amantes de los descubrimientos, estos vinos británicos ofrecen un nuevo terreno de juego. Lejos de clichés, cuentan una auténtica historia de naturaleza, pasión y audacia.
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