En Italia abundan los terruños excepcionales. Entre los más fascinantes están los viñedos volcánicos. Entre tierra negra, laderas escarpadas y nieblas sulfurosas, estas regiones ofrecen vinos únicos. Su carácter singular atrae cada vez a más curiosos y entendidos.
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Una tierra moldeada por volcanes
Los vinos volcánicos italianos derivan su riqueza de un suelo mineral de rara complejidad. La intensa actividad geológica ha enriquecido el suelo con elementos fértiles. El basalto, la lava solidificada y la ceniza aportan a las uvas una tensión y frescura notables. Esta composición particular influye mucho en el sabor del vino.
Los suelos volcánicos absorben bien el calor durante el día y lo liberan lentamente por la noche. Esta dinámica térmica protege a las uvas de los cambios bruscos de temperatura. También contribuye a una maduración lenta y uniforme.
Etna: la joya de las variedades de uva del Etna
El Etna, en Sicilia, sigue siendo el más emblemático de los volcanes productores de vino de Italia. Su continua actividad no impide la viticultura, sino todo lo contrario. Las vides crecen aquí a alturas de hasta 1.100 metros. Esta elevación extrema crea un clima único.
Las variedades de uva del Etna encuentran aquí una expresión elegante y nerviosa. La Nerello Mascalese produce tintos finos y tensos, casi borgoñones. La Nerello Cappuccio, más redonda, se utiliza a menudo en mezclas. En blanco, Carricante seduce por su frescura y sus notas salinas.
Los viñedos de Sicilia más allá del Etna
Aunque el Etna es la estrella del espectáculo, hay otros terruños volcánicos sicilianos que merecen atención. Las islas Eolias, como Lipari y Salina, albergan viñedos suspendidos entre el mar y el cielo. Aquí, el Malvasia delle Lipari expresa una frutosidad exótica y una fina mineralidad.
En el sur de la isla, la región de Camporeale, aunque menos famosa, también tiene suelo de origen volcánico. Aquí, los apasionados viticultores sacan lo mejor de variedades de uva locales como Catarratto e Inzolia. Sus vinos blancos son sorprendentemente puros y vivos.
Los Campi Flegrei: los secretos de Nápoles
Cerca de Nápoles, el Campi Flegrei es otro notable terruño volcánico. Los viñedos tienen vistas al mar Tirreno. El suelo es ligero y arenoso, pero muy rico en materia volcánica.
La uva Falanghina se expresa aquí con brillantez. Desarrolla intensos aromas florales, a veces con un toque de yodo. El vino tiene una estructura fina, sin pesadez. La proximidad del mar aporta un toque salino muy buscado.
Basilicata: el carácter del buitre
El Monte Vulture, antiguo volcán inactivo de Basilicata, es otra meca del vino volcánico. A sus pies, las vides se benefician de un suelo fértil y un clima continental moderado.
La variedad de uva reina aquí es la Aglianico. Da lugar al Aglianico del Vulture, uno de los tintos más potentes de Italia. Este vino profundo y tánico envejece de maravilla. A veces recuerda a los grandes vinos del Piamonte, aunque conserva una estructura oscura y mineral.
Los beneficios de los vinos volcánicos italianos
Los vinos procedentes de viñedos volcánicos presentan una serie de cualidades. Suelen tener una marcada acidez, ideal para el envejecimiento. Su perfil aromático difiere notablemente de los vinos más tradicionales. Suelen tener notas ahumadas, pedregosas, casi ferruginosas.
Además, estos vinos tienen una fuerte identidad. Cada terruño, cada ladera del volcán, cada variedad de uva cuenta su propia historia. Esta diversidad atrae a los enófilos curiosos, siempre en busca de nuevas sensaciones.
Aumenta el enoturismo
Visitar los viñedos de Sicilia o los de la península es una experiencia única. Los paisajes volcánicos impresionan por su cruda belleza. Las bodegas, a menudo trogloditas, sumergen al visitante en una atmósfera misteriosa.
Los viticultores suelen ser unos apasionados de su trabajo. Les gusta compartir su terruño y sus métodos de trabajo, a menudo tradicionales. Las catas in situ adquieren una dimensión muy sensorial.
Algunas zonas de visita obligada
Tenuta delle Terre Nere (Etna): la referencia del Nerello Mascalese, con finura y precisión garantizadas.
Frank Cornelissen (Etna): enfoque natural y minimalista, muy apreciado por los aficionados exigentes.
Cantine del Notaio (Buitre): gran Aglianico con taninos pulidos, a menudo envejecido bajo tierra.
Astroni (Campi Flegrei): magnífico trabajo sobre la Falanghina, equilibrio y frescura en el paladar.
Caravaglio (Lipari): Malvasía con acentos tropicales y minerales, perfecto como aperitivo.
Por qué estos vinos son cada vez más populares
Los vinos volcánicos italianos siguen seduciendo al mercado internacional. Su perfil único atrae a clientes que buscan algo nuevo. Su producción suele ser limitada, lo que los hace más deseables.
Además, su imagen está ligada a la de la naturaleza salvaje y los terruños extremos. Esto atrae a un público sensible a los vinos de origen y a la emoción.
Por último, su potencial de envejecimiento los hace aún más interesantes. Evolucionan con elegancia, ganando en complejidad con los años.
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