Explorar las denominaciones de origen menos conocidas

20 de marzo de 2024

Francia, célebre por sus vinos de fama mundial, también esconde tesoros en sus denominaciones menos conocidas.

Estas regiones vinícolas ofrecen vinos excepcionales, reflejo de la riqueza de su terruño y del saber hacer ancestral de sus viticultores. Lejos de la sombra de gigantes como Burdeos o Champagne, estas denominaciones merecen reconocimiento por su calidad y singularidad. Este artículo de Oeni, su aplicación de gestión de bodegas (disponible en iOS y Android) le lleva de viaje por estas raras joyas de la viticultura francesa, que prometen nuevos descubrimientos a los amantes del vino.

Jura - El secreto de Oriente

Enclavado en el este de Francia, el Jura se erige en bastión de la tradición vitivinícola, con una historia que se remonta a la Edad Media. A pesar de su reducida superficie, esta región ha sabido distinguirse por su fuerte identidad y sus vinos de gran originalidad. El Jura es famoso por su Vin Jaune, un tesoro enológico envejecido bajo velo de levadura durante al menos seis años y tres meses, lo que confiere a este néctar una complejidad y una riqueza aromática inigualables, con notas de nuez, curry y manzana verde.

Además del Vin Jaune, el Jura produce el Vin de Paille, un excepcional vino dulce elaborado con uvas secadas sobre paja o bastidores, que concentra los azúcares y aromas. Las variedades de uva autóctonas, como la Savagnin para los blancos, y la Trousseau y la Poulsard para los tintos, desempeñan un papel clave en la expresión única de los vinos del Jura.

Entre las denominaciones de origen que hay que explorar en el Jura se encuentra Arbois, la principal AOC de Francia, famosa por su diversidad de estilos, desde espumosos a tranquilos, tintos y blancos. L'Étoile, por su parte, toma su nombre de los fósiles en forma de estrella que se encuentran en su suelo, y produce vinos blancos famosos por su finura y elegancia. Côtes du Jura, la denominación más extensa, ofrece una gama de vinos que combinan creatividad y tradición.

Visitar el Jura significa descubrir una gama de vinos marcados por la autenticidad y la innovación, donde cada sorbo cuenta la historia de un terruño rico y diverso. Los amantes del vino vivirán una experiencia inolvidable, degustando vinos que desafían las convenciones y cautivan los sentidos.

Savoie - Los Alpes en una botella

Savoie, con sus escarpados viñedos enclavados en el corazón de los Alpes franceses, ofrece una experiencia vinícola singular en la que el terruño montañoso impregna cada botella. La región es un santuario para variedades de uva autóctonas como la Jacquère, la Altesse (también conocida como Roussette) y la Mondeuse, que prosperan en el clima fresco y en suelos variados que van del esquisto a la piedra caliza. Estas condiciones únicas dan lugar a vinos de notable frescura, con aromas delicados y pronunciada mineralidad, que captan la esencia del paisaje alpino.

Denominaciones de origen de Saboya como Chignin ofrecen blancos ligeros y aromáticos, perfectos como aperitivo o para acompañar especialidades locales como la fondue saboyana. Apremont, otra denominación famosa, toma su nombre de un antiguo corrimiento de tierras, y sus vinos, elaborados principalmente con uvas Jacquère, seducen por su vivacidad y pureza, que recuerdan a las flores de la montaña y a la fruta fresca.

El Roussette de Savoie, por su parte, es un vino blanco más estructurado, a menudo envejecido en barricas de roble, que ofrece una gran complejidad con notas florales y afrutadas, evolucionando hacia matices más especiados y tostados con la edad. Los tintos de Mondeuse son profundos y especiados, con notas de fruta negra y una fina estructura tánica, lo que demuestra el potencial de envejecimiento de los vinos de la región.

Explorar los vinos de Saboya es aventurarse en un mundo donde la tradición se une a la innovación, y donde cada copa cuenta una historia de terruños únicos y variedades de uva poco comunes. Para los amantes del vino que buscan frescura, pureza y autenticidad, Savoie ofrece una paleta inigualable de experiencias gustativas, fiel reflejo de las cumbres alpinas que la rodean.

Suroeste - Terroir de carácter

El suroeste de Francia es un caleidoscopio de terruños, cada uno de los cuales aporta su toque propio al mosaico de vinos de la región. Dos denominaciones destacan por su carácter único y su profundidad histórica: Madiran y Cahors, dos bastiones del vino tinto francés, donde reinan el Tannat y el Malbec.

Madiran, enclavada en el corazón verde de Gascuña, es sinónimo de vinos potentes y tánicos, gracias a la variedad de uva Tannat. El Tannat, aunque exigente en el manejo de los taninos, produce vinos de notable intensidad aromática, con notas de fruta negra, regaliz y a veces tabaco, perfectos para una guarda prolongada. Las técnicas modernas de vinificación han permitido domar su vigor, produciendo vinos más accesibles cuando son jóvenes, pero que conservan su potencial de envejecimiento.

Cahors, cuna histórica del Malbec, produce vinos de un color profundo, casi negro, apodados "el vino negro" por los viejos tiempos. Estos vinos se caracterizan por su riqueza y complejidad, ofreciendo un bouquet de ciruela, tabaco y cuero, con una estructura tánica que se suaviza elegantemente con la edad. Cahors posee un estilo propio, oscilante entre tradición y modernidad, en el que el Malbec expresa plenamente su vínculo con el terruño.

Estas denominaciones son testimonio de la diversidad y la riqueza del Suroeste, una región donde la historia, el terruño y la variedad de uva se entrelazan para crear vinos con una identidad fuerte y reconocible. Explorar Madiran y Cahors es sumergirse en una historia de pasión, desafío y excelencia, donde cada copa cuenta una historia de resistencia y carácter, una invitación a redescubrir el Suroeste a través de sus vinos emblemáticos.

Otras joyas ocultas

Además de las denominaciones de origen que ya hemos explorado, Francia cuenta con otras regiones vinícolas menos conocidas pero igualmente cautivadoras, que ofrecen una variedad de vinos que atestiguan la diversidad y riqueza del patrimonio vinícola francés. Entre ellas, Marcillac, Fronton, Gaillac y Bugey destacan por su carácter único y su auténtica expresión del terruño.

Marcillac, enclavada en los valles del Aveyron, es famosa por su vibrante vino tinto, elaborado con la variedad de uva Fer Servadou, conocida localmente como Mansois. Estos vinos son frescos y afrutados, con notas de frambuesa y pimienta, reflejo del terruño rico en hierro de la región.

Fronton, al norte de Toulouse, es el hogar de la variedad de uva Négrette, que produce vinos tintos y rosados distintivos con aromas de violetas, frutas negras y especias. Estos vinos, a la vez elegantes y con cuerpo, ofrecen una experiencia gustativa única.

Gaillac, una de las regiones vinícolas más antiguas de Francia, ofrece una amplia gama de estilos de vino, gracias a variedades de uva locales como Duras, Braucol y Mauzac. Desde espumosos ligeros a tintos robustos, Gaillac presume de una impresionante diversidad.

Por último, Bugey, situado cerca de Borgoña y Saboya, es especialmente apreciado por su Bugey-Cerdon, un vino rosado espumoso y ligeramente dulce, ideal para ocasiones festivas.


Estas denominaciones son una invitación a explorar los rincones ocultos del mundo del vino francés, descubriendo vinos auténticos y terruños excepcionales. Cada botella es una puerta de entrada a la historia, la cultura y las tradiciones de una región, que promete descubrimientos inesperados y gratificantes para los amantes del vino deseosos de aventurarse más allá de las denominaciones más famosas.